Casas AD

Una masía para el SIGLO XXI

Rehabilitar una masía no es fácil, puesto que son espacios protegidos. Pero Zest Architecture lo ha conseguido: ha convertido esta casa solariega en una relajada, moderna y sostenible vivienda.

Uno de sus elementos más admirados es su piscina natural, sin filtros químicos.

En Cataluña, las masías son edificaciones protegidas. Y sólo se puede edificar en un terreno con masía si estás dispuesto a reconstruir la que está en dicho terreno. No resulta nada fácil, y la mayoría de propietarios respeta la estética rural también en el interior. Zest Architecture ha dado un paso más allá, transformando la tradicional construcción de piedra que hoy nos ocupa en una vivienda para el siglo XXI, porque sus nuevos propietarios así lo querían: buscaban una parcela grande (que no encontraban cerca de la ciudad), pero deseaban una estética relajada y contemporánea.

Ubicada en un pueblito de Girona con sólo una iglesia y un par de casas, esta masía es una propiedad en dos plantas: la baja tiene 240 metros cuadrados y la primera, 200, más una hectárea de jardín. Sobre la edificación original, que se encontraba es bastante mal estado y que era de sólo una planta, se levantaron los muros de piedra y se crearon grandes aberturas hacia el paisaje, en uno de los puntos clave de la reconstrucción. Así, la luz entró y la vivienda se fusionó con su maravilloso entorno: un parque natural de alcornoques y encinas, con vistas infinitas hacia el mar Mediterráneo.

La cocina está en la primera planta, no en la baja.

"Debido a que los viejos muros no estaban en escuadra ni eran rectos, decidimos hacer todas las intervenciones con líneas muy rectas y muy ortogonales. De ese modo, el contraste entre el muro y las intervenciones, muchas de ellas en acero, destacan bellamente", explican sus arquitectos. "En el interior también mantuvimos parte de los muros originales, por donde coincidía la nueva planta, y esa es la razón de la construcción de la escalera como un volume escultural, autoportante, siempre colocada a una cierta distancia del muro. Así, se puede apreciar el muro original que se curva y sobresale".

La casa principal tiene cuatro habitaciones y tres baños. A su lado, hay una casita para invitados. Y, además de romper las reglas con un interior contemporáneo, lo han hecho con una distribución poco convencional: los dormitorios están en la planta baja, para conservar el frescor en verano, y las zonas de estar, en la primera planta, para disfrutar de las vistas y (debido al desnivel del terreno) tener acceso directo al jardín y a la piscina.

El baño de la masía.

"Elijo todos los materiales por su wabi-sabi", cuenta la arquitecta. "Es un concepto japonés que sigo mucho. Wabi se refiere a las imperfecciones naturales que el material puede tener y que lo hacen bello. Sabi se refiere como un material se vuelve bello al envejecer. Todos los materiales que elijo tienen esta cualidad; el barro de los muros tiene un ligero efecto nuboso, y es menos fino en algunas partes que en otras. La madera es un material natural que se mueve y decolora con el tiempo. El hormigón pulido de los suelos muestra claramente el trabajo del artesano que lo pulió. El acero Corten muestra las trazas del agua que cae encima, y causa la oxidación, y así con todo. De este modo, la casa se vuelve más bella con el paso del tiempo". Lo viejo y lo nuevo se dan la mano. Y las cicatrices del camino nos resultan hermosas.

La casa ha sido rehabilitada siguiendo principios de sostenibilidad, donde la estrella es su piscina natural, con sistema de filtración y depuración mediante gravas y plantas. Nada de químicos. "Esto funciona muy bien", nos explican, "y ha hecho que nuestro jardín se haya convertido en un santuario para pájaros y animales". Por su parte, las paredes han sido recubiertas por dentro y por fuera con aislamiento térmico de corcho natural (un material que además es local) y con revestimientos de paneles de barro y cañas en el interior. De esta manera, la casa está viva y respira, algo muy importante en una zona geográfica donde la diferencia de temperatura de un día a otro (o de la noche a la mañana) puede ser de 20 grados. Para mayor eficiencia energética, el sistema de calefacción y refrigeración funciona mediante una instalación de geotermia, que alimenta los tubos radiantes del suelo. Toda la iluminación es LED. Todas las aguas grises de los baños se reciclan también a través de una depuradora de juncos y plantas, para ser utilizadas para el riego del jardín. Es una masía para el siglo XXI.